14 de marzo de 2015 – En “Despacito y por las piedras” entrevistamos al filósofo, investigador y militante por los derechos humanos, Claudio Tognonato, miembro del grupo Argentinos en Italia por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Refirió las situaciones de represores que actuaron bajo la dictadura en San Juan y hoy están amparados en ese país, como el cura Franco Revérberi y el ex teniente coronel Carlos Malatto, prófugo desde 2.011 gracias a los ex jueces Romano y Miret. Como antecedentes denunció el manejo que hizo la justicia italiana en relación a Jorge Olivera, que fue jefe de Malatto en el RIM 22, estuvo prófugo en Europa entre 2.000 y 2.008 y nuevamente se fugó junto a Gustavo De Marchi una vez que ambos fueron condenados en 2.013. Derivaciones sobre el rol de la logia masónica P-2.
Claudio Tognonato habló del fuerte involucramiento que tuvieron los argentinos en el exterior a la hora de denunciar las violaciones a los derechos humanos, apuntó que en dictadura se sabía que los desaparecidos estaban vivos y que una denuncia internacional bien orquestada podría haberle salvado la vida a algunas personas. Destacó lo ejemplar que es en la actualidad la política de derechos humanos de la Argentina, lo cual habla de una actitud y una forma de reaccionar ante el genocidio que muy pocos países hacen: “Esto es algo que hace historia, y donde no hubo justicia, porque llegó tarde o es muy poco lo que puede subsanar, señalamos con mucha honestidad que cuando decimos Nunca Más, queremos decir Nunca Más”.
Convocado a hablar del tema del represor Carlos Luis Malatto, libre en Génova donde reside en una parroquia, Tognonato hizo un repaso de lo que fue el escándalo del represor Jorge Olivera -actualmente prófugo de la justicia luego de ser condenado a prisión perpetua en San Juan y con orden de captura de Interpol- tras ser liberado de modo fraudulento por las autoridades judiciales en Italia. Recordó lo irritante que fue porque en aquel entonces Italia estaba procesando en rebeldía a algunos militares argentinos por la desaparición y tortura de italianos en Argentina, o sea argentinos que tenían la posibilidad de tener pasaporte italiano.
Explicó el investigador: “Se los condenó y todo muy lindo. Pero mientras tanto Jorge Olivera, que había sido detenido en el aeropuerto de Fuimicino bajo orden de la Interpol por pedido de la justicia francesa -por la desaparición de Marie Anne Erize-, pasaba por las cárceles italianas sólo un mes, ya que después que sus abogados enviaran un fax que se reveló era falso, logró salir y volver inmediatamente a la Argentina. Con lo cual, por un lado se enjuiciaba a personas que estaban en libertad en Argentina, o sea, no había modo de que fueran a la cárcel, y por otro lado se dejaba escapar a la única persona que habrían podido entregar a la justicia”.
A continuación señaló que doce años después tenemos que advertir los casos de Malatto y de Franco Revérberi, sacerdote que sigue oficiando como tal en Parma, en el norte de Italia, dos situaciones en las que la Justicia italiana ha negado la extradición, evitando así que fueran juzgados como Olivera, De Marchi y otros. “Es un hecho gravísimo -afirmó- sobre todo porque sabemos que hay muchos argentinos que pueden obtener un pasaporte italiano debido a su origen y sabemos también que hay muchos militares prófugos y no queremos que Italia se convierta en un puerto seguro para los militares argentinos que vienen escapando de la justicia”.
Claudio Tognonato, entrevista para “Despacito y por las piedras”, 7 de marzo de 2015.
“Malavera”, a un lado y otro del Atlántico
Tognonato refirió que el grupo Argentinos en Italia por la Memoria, la Verdad y la Justicia escribió una carta dirigida a las principales autoridades de las instituciones italianas pidiéndole atención y señalando estas dos caras, por un lado, una Italia que es un país que reconoce las violaciones de los derechos humanos en Argentina y por ende abre juicios como el que se acaba de celebrar donde fueron condenados militares partícipes del Plan Cóndor que operaron en varios países de América Latina- y por el otro, un país que recibe a genocidas prófugos.
En cuanto a la red de protección de Malatto, de un lado y otro del Atlántico, Tognonato refirió que por ahora existe un gran desconocimiento que no hace más que acentuar la preocupación: “No se sabe nada, aunque uno trata de hacer su aporte desde la investigación”. Tognonato repasó el objeto de la investigación que coordinó años atrás, derivado justamente de las complicidades que asomaron por el escándalo de Olivera, que tienen que ver con la logia masónica P-2 integrada por importantes personajes de la vida política y militar tanto de Argentina como de Italia.
Ante la pregunta de si se puede afirmar que dicha logia está disuelta, Tognonato argumentó que no se puede admitir que una logia masónica infiltrada en el Estado se disuelva simplemente porque el Estado lo diga. Además, puesto que esta logia ligaba a los grandes grupos económicos con objetivos políticos, se puede afirmar que esta ligazón se mantuvo, más allá de la disolución o no, eso se desarrolló y tuvo su pico máximo con Berlusconi quien también está inscripto en la P-2.
Finalmente se refirió al abogado que logró liberar de modo fraudulento a Olivera, que es quien doce años después recibió a Carlos Malatto en Italia. “Estamos hablando de Augusto Sinagra, el primer abogado y el más importante de Licio Gelli, fundador del P-2, o sea que no estamos hablando de suposiciones sino de hechos concretos”.