22 de julio de 2014 – Desde hace meses existe un fuerte reclamo gremial por parte de las y los trabajadores del diario Página 12, a consecuencia del “acuerdo a la baja” que negoció la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, gremio que los nuclea pero que no los representa. El arreglo paritario del 21 % “es claramente el más bajo del país”, según dijo Diego Martínez, periodista y delegado, a “Despacito y por las piedras”. Repasó también las últimas trabas contrarias a los reclamos de la Comisión Interna -como la conciliación obligatoria dictada hasta el 6 de agosto-, y las posibilidades de recuperar o de generar otro sindicato.
En el blog de los trabajadores de Página 12 se puede seguir crónicamente las marchas y contramarchas de la lucha sindical planteada. La UTPBA negoció a espaldas de los trabajadores un aumento anual del 21 %, escalonado y de cobros diferidos. Desde entonces los trabajadores organizados pugnan por revertir esa maniobra; visibilizar y difundir el conflicto con la patronal; y extender los reclamos hacia otros ítems de las condiciones laborales y reivindicaciones, fundamentalmente acerca de la situación de los precarizados.
La semana pasada, ante la resistencia de los dueños del diario a atender los reclamos -mediante “planteos dilatorios y evasivos”-, la Comisión Interna había convocado a una manifestación pública y a otras medidas que no incluyen el quite de funciones. Finalmente, el Ministerio de Trabajo de la Nación llamó a conciliación obligatoria hasta el 6 de agosto. En tanto, los trabajadores continúan con sueldos y cobros de retroactivos atrasados. Como “panorama feo para la negociación”, estimó la situación el delegado Martínez. Y amplió:
“Lo concreto en el caso de los trabajadores de prensa de Buenos Aires es que no tenemos representatividad, no tenemos un sindicato real. La UTPBA es, justamente, quién avaló este acuerdo a la baja y que deriva en que las distintas comisiones internas tengamos que iniciar negociaciones una vez que ya tuvimos las paritarias, para tratar de llegar a un aumento mínimamente razonable. Tampoco nos representan, nuevamente la UTPBA no acompañó a los trabajadores en la última audiencia convocada. El Ministerio accedió igual, incluso con una actitud saludable de parte de una funcionaria al advertirles a los dueños que esto era solo un impasse para seguir negociando. Les tuvieron que aclarar a los abogados del diario que intentar mejorar un acuerdo paritario no tiene nada de ilegal”.
Diego Martínez, entrevista en “Despacito y por las piedras”, 19 de julio de 2014.
Lo que pasa en las redacciones
Este escenario de presiones gerenciales, con un sindicato cooptado y en un grado creciente de precarización laboral, ha confluido en una organización colectiva de los trabajadores, cuya eje fundamental de la estrategia está abocado a lograr que la sociedad conozca cómo y bajo qué condiciones se trabaja en los medios. Dijo al respecto Martínez:
“Tenemos que esforzarnos en comunicar hacia afuera lo que pasa en las redacciones. Todos los gremios cuentan con la posibilidad de hacer medidas de forma de hacer visibles sus planteos. Incluso los gráficos, ellos paran las rotativas y no salen los diarios. Los periodistas en cambio no tenemos una medida así de fuerte. Lo que podemos hacer es comunicar hacia afuera. Paradójicamente es algo que nos suele costar muchísimo. Por eso, la visibilidad de lo que está pasando ahora en Página 12 es excepcional, porque los diarios no se cubren entre sí. Cuesta mucho que esto trascienda. En ese sentido hay un avance, en la capacidad de comunicar hacia afuera”.
Otra de las posibilidades emergentes y analizadas por el delegado, tiene que ver con una estrategia de recuperación del sindicato por parte de sus trabajadores, del mismo modo que sucedió en Mendoza durante los últimos años, luego de una representación gremial por décadas cooptada por los empresarios.
Martínez describió las dificultades y el clima imperante en la UTPBA, “con una conducción ilegal e ilegítima”: artimañas de todo tipo, irregularidades administrativas, padrones truchos, elecciones fraudulentas o suspendidas, vaciamiento de los verdaderos trabajadores y listas negras ante nuevos intentos de dar la “lucha por dentro”. “Dimos esa pelea y es enormemente difícil. Es un proceso de mucha organización y compromiso, de muchos años y de muchos compañeros involucrados también. Hay una voluntad manifiesta de algunos compañeros para ir hacia otra herramienta gremial”, señaló.