29 de noviembre de 2015 – El martes 01 de diciembre en la Quinta Cámara del Crimen se inicia un nuevo juicio contra el efectivo policial Horacio Biasiori, quien acribilló al joven Cristian Reyes en abril de 2006. Su Madre en Lucha, Alicia Vargas visitó “Despacito y Por las Piedras” para recordarle a la audiencia la historia de impunidad que encubrió el homicidio y esta nueva oportunidad de que al fin llegue justicia: “este sería el cuarto juicio, seríamos demasiado tontos que nos sigan tomando el pelo como si se tratara de un juego de chiquilines” afirmó luego de reiteradas absoluciones e intentos de juicios abreviados que favorecieron al imputado por casi una década. Agregó que en el anterior juicio oral que fue nulificado tras la absolución dictada por “el doctor Escot y la doctora Gil de Chales, me avergonzaron”. Se pide a la sociedad que acompañe el proceso y se convoque en Tribunales a las 9 hs en el inicio del juicio para dar fuerza a la Madre en Lucha.
A más de nueve años y medio del homicidio de Cristián Ricardo Reyes -de 28 años y con una hija pequeña- perpetrado por el policía Mario Horacio Biasiori Bastías, se abre a partir de este martes 1 de diciembre la posibilidad de que por fin haya justicia por él y su familia. Como explicó su madre Alicia Vargas, este aberrante hecho de gatillo fácil fue el “detonante” de una nefasta serie de asesinatos de jóvenes pobres de parte de la Policía de Mendoza durante la gobernación de Julio Cobos: Reyes fue esposado y ejecutado a 40 centímetros de distancia la mañana del 12 de abril de 2006; a Mauro Morán, de 14 años, lo mató una bala policial el 5 de mayo; tres semanas después fue asesinado estando en el piso Jonathan Chandia, de 20 años, en un “retén” policial en calle Boulogne sur Mer; y el 7 de enero del años siguiente, en un hecho similar, resultó muerto Jonathan Oros de 18 años, en el barrio San Martín.
Alicia Vargas, histórica referente y Madre en Lucha recordó en “Despacito y por las Piedras” los hechos que concluyeron con el asesinato de su hijo, repasó las tres instancias que se dieron en el curso de los años para obtener justicia mientras el homicida sigue impune y libre; y acompañada de Aarón -otro de sus hijos- denunciaron el hostigamiento crónico que soporta la familia. Aquella mañana fatal para los Reyes-Vargas la División Investigaciones de la Policía de Mendoza realizó de manera equívoca un allanamiento en una vivienda del barrio Buena Vista de Carrodilla, Luján. Buscaban a una persona fugada de la cárcel y sin embargo se llevaron a Cristian Reyes por la tenencia de un arma.
Al ser esposado con las manos atrás y conducido al móvil, “Cristian logró escabullirse por debajo del brazo de Biasiori” y así corrió cinco cuadras hasta que fue impactado por el quinto de los proyectiles disparados por el policía. El balazo dio de lleno en su pómulo derecho y según las pericias forenses -contra la versión policial aceptada por los distintos fiscales y jueces que intervinieron en la causa-, “es imposible que haya podido sacarse las esposas, ni siquiera siendo contorsionista”, con lo cual derriba de plano el argumento de una lucha en defensa propia del uniformado, sostenido en base a aportes falsos de Eduardo José Poquet. Otro testigo ocular reveló lo contrario: tras dispararle a Cristian, Biasiori se agachó, le quitó una de las esposas mientras llegaba el oficial Juan Carlos Asila e “hicieron la camita que ellos saben hacer”.
Esa misma noche Biasiori fue liberado para nunca más pasar un solo día en prisión, inclusive con la absolución que le posibilitaron tras el juicio oral de 2011 –finalmente invalidado por “motivos técnicos”-, la jueza Laura Gil de Chales le permitió retomar sus funciones, lo “retribuyó” con el pago de haberes por los seis años en que estuvo suspendido y fue ascendido a oficial. Frente a la evidencia de los hechos desplegados Alicia es contundente: “ellos, Gil de Chales y el juez Rafael Escot, hicieron como si no se dieran cuenta”. Antes, los abogados defensores habían intentado un juicio abreviado y los querellantes de la familia otro proceso que fue “cajoneado”. Y el juicio de 2011“se lo regalaron, mintieron y mintieron y los jueces no vieron la mentira, le creyeron a un testigo falso que salió cuando Cristian ya estaba en el piso y rodeado de policías”.
Otro de los aspectos gravísimos de la impunidad con que se maneja la institución policial es el hostigamiento que ejercen contra las madres y familiares de las víctimas, como sucedió esta semana con Jessica Carvalho, madre de Tania Páez, por cuyo homicidio junto con el de Lorena Castro hubo un fallo vergonzoso durante la semana que pasó. Así, Alicia se solidarizó con Jessica y relató las innumerables ocasiones en las que durante los años de impunidad sus hijos fueron arrestados y golpeados en comisarías, amenazados desde móviles y con agresivos allanamientos de la casa familiar. También Aarón hizo públicas amenazas recientes de parte de otros policías. La mamá explicó que “nunca les tuve miedo ni les tendré, siempre me voy a parar frente a ellos porque quiero que la verdad salga a la luz, ya no pueden tapar tanta mentira”.
Por último, Alicia dijo: “he aprendido que tengo que estar firme, seguir la lucha, no parar y acompañar a las otras madres porque somos como una familia que se apoya mutuamente, que llora y comparte momentos gratos y no tanto, siempre pensando que la policía puede hacer cualquier cosa, lo inesperado con nuestros hijos”. Y resaltó que espera que la sociedad entienda y acompañe el clamor por justicia, “porque luchamos contra una institución de mentirosos, no todos los policías son iguales pero cuando uno de ellos comete un crimen, ahí está la institución para cubrirlos”.
Invitación: Se pide a la sociedad en general y a organismos de derechos humanos que acompañen a Alicia Vargas y su familia en el inicio del juicio. La Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional Mendoza junto a Miriam Medina, referente nacional de Madres en Lucha y mamá de Sebastián Bordón, estarán presentes a lo largo del proceso judicial. La convocatoria es para el martes a las 9 hs en la explanada de Tribunales Provinciales.