14 de octubre de 2016 – “Bajamos el cielo por nuestro hijo, hicimos lo imposible por encontrarlo, conseguimos hasta helicópteros en su búsqueda, pero la bestia lo tenía, la misma metodología, la tortura y la desaparición, lo tenían ellos, estas bestias relacionadas con la dictadura, estas bestias que trabajaban para el comisario Trentini”, dijo Miriam Mabel Medina con su voz templando la lucha de cientos de víctimas de la violencia policial en Argentina durante el primer tramo del homenaje realizado este miércoles en El Nihuil en memoria de Sebastián Bordón, asesinado hace 19 años por efectivos de ese distrito del sur provincial, en un hecho que marcó para siempre a nuestra democracia. Con el acostumbrado acompañamiento de un amplio espectro militante y de referentes sociales, políticos y de derechos humanos, la jornada contuvo profundos sentidos reparatorios y fuertes denuncias a los nuevos gobiernos de derecha provinciales y nacional, con críticas directas a Cornejo, Macri y funcionarios del PRO como el ministro Garavano y el secretario Avruj. Despacito y por las piedras ofrece un exhaustivo panorama de los discursos realizados en el Destacamento adonde su hijo fue torturado y estuvo desaparecido, cuyos ejes fueron la continuidad de la violencia institucional, el retroceso en el desarrollo del segundo juicio de lesa humanidad de San Rafael, el reclamo por justicia y el lugar de la política y del compromiso de cara al futuro.
La causa de ayer es la causa de hoy
Laura Berón pertenece a una familia históricamente perseguida desde la última dictadura cívico militar, con un desaparecido como su tío, José Guillermo Berón, y un sobreviviente como su padre, Juan Carlos Berón. El hostigamiento no cesó en democracia y “las heridas viejas” fueron nuevamente abiertas con el asesinato en 2015 de su hermano Elvio, en el interior de su calabozo en la cárcel de San Rafael, donde cumplía desde 2006 una confusa condena por robo agravado y abuso sexual, cuando estaba a punto de obtener la libertad. El hecho será juzgado a partir del próximo lunes y Laura explicó al frente del Destacamento de El Nihuil que “todavía no supero el duelo por la muerte de Elvio, siempre dijimos que fue un rehén político, muchos no nos creyeron y aunque él no esté, tenemos la alegría de que su caso se juzgue y que se sepa lo que siempre dijo, que nunca hizo el daño por el cual lo acusaron”. Añadió que “quiero que todo el mundo sepa que estuvo once años raptado y con torturas que ni siquiera pasaron los compañeros en el año ‘76, hasta aplicarle la pena de muerte que en este país no existe, pero sí ilegalmente, y hoy vemos cómo es que la están promoviendo”. Por eso, “la lucha sigue, para que el pueblo tome conciencia de lo que se nos viene si no paramos a estos gobernantes que han hecho desastres y han vuelto, porque esta derecha volvió con la legalidad del voto y supo aprovechar errores que cometimos, pero estoy segura de que vamos a volver a encaminarnos hacia las cosas buenas y saber que el otro existe y velar por eso, porque el otro somos nosotros también”.
Javier Fagetti también integra H.I.J.O.S. San Rafael y es un referente a partir de la búsqueda de justicia por su padre, Aldo Fagetti, primer desaparecido del sur provincial a partir del 10 de marzo de 1976. Además de recalcar la necesidad de que el juicio de lesa humanidad recobre seriedad y los plazos establecidos para su desarrollo normal, explicó que “Miriam es una persona que sabe rescatar las cosas buenas que tenemos, las buenas a cambio de las malas, y nos da eso que tiene ella que es puro amor, compromiso y solidaridad. Lo que nosotros exigimos es una policía democrática, para el pueblo, que no se lleve a los pibes, que no asesine, y que si lo hace, que se haga cargo. Porque este Estado, a los pobres, a los jóvenes, a los chicos, solamente les manda la policía, el hospital y la educación nunca llegan. Hay muchos sectores acá, pero la causa es una sola. Entonces, construyamos y hagamos desde nuestras diferencias y nuestros aciertos porque se vienen momentos muy duros, con una policía que cree tener el mandato de matar que le dio una parte de la sociedad. Juntémonos y charlemos y démonos la mano como hace Miriam, que nos convoca a todos para trabajar juntitos”.
Natalia Galamba es hija de Juan José Galamba, militante peronista desaparecido en mayo de 1978, referente social y concejal del Frente para la Victoria de San Rafael. En primer lugar agradeció tanto a las Madres en Lucha como a las Madres de Plaza de Mayo, “por ser indispensables y enseñarnos cómo seguir la lucha y resistir”. Luego denunció que “estamos bajo un gobierno que realmente nos preocupa, porque el gobernador Cornejo cada vez que hace uso de la palabra fomenta y legaliza la represión y lo dice sin ningún pelo en la lengua, ‘no hay que tener miedo a reprimir’, y no sólo lo dice, sino que lo lleva a la práctica. En cada uno de los pibes víctimas de violencia institucional vuelven a matar a Sebastián y a cada uno de nuestros compañeros desaparecidos, porque es la misma política disfrazada de democracia”. En relación a la exasperante dilación del juicio sanrafaelino señaló que “es importante que reclamemos por el presupuesto porque se le ha quitado mucho a Educación, a Cultura y a Derechos Humanos, con lo cual la continuidad de los juicios se pone en riesgo. No podemos quedarnos callados frente a estos atropellos y es responsabilidad nuestra reclamar y pedir por nuestros derechos, por ejemplo, los juicios tienen que volver a San Rafael pero hay que hacer un mea culpa, tenemos que estar todos los compañeros ahí porque de nada sirve que estén sin que nadie los presencie. Y hay que tener en cuenta que la injusticia, cuando se extiende, es como si no tuviéramos democracia”.
Hijxs de todas las madres
Es en el risco donde las Madres de Mendoza tienen su lugar privilegiado para dar voz al horror sufrido por sus hijos e hijas víctimas de la violencia institucional y de las más aberrantes “prácticas” policiales, pero Miriam también da lugar en el acto del Destacamento para que referentes nacionales y locales narren su lucha contra la impunidad. Así fue que Horacio Videla y Laura Reveco, el hermano y la cuñada de Pedro Videla, asesinado en 2006 por la policía de General Alvear, denunciaron que los siguen persiguiendo, que los uniformados los increpan en su casa para averiguar a qué partido político pertenecen, que a los “aprietes y torturas” se les suma “la invisibilización” y que “lamentablemente nos mataron a un ser querido y somos nosotros los tratados como delincuentes. Sentimos mucho dolor y soledad, por eso agradecemos a Miriam, por ser la primera en interesarse y por la posibilidad de escucharnos para no sentirnos solos”.
Carola Cerda es la madre de Jorge David Orona, asesinado en 2011 en Buenos Aires por un narco con protección de la Policía Federal, y tía de Ezequiel Demonty, obligado nueve años antes por efectivos de la Bonaerense a morir ahogado en el Riachuelo. Al momento de sus homicidios ambos primos tenían 19 años y “Chiruky” Orona era padre de tres nenes. Su mamá relató que primero le tocó pedir justicia por su sobrino junto a Dolly Sigampa y luego sumar el reclamo por su hijo, porque el asesino “vive como si nada y yo vivo sufriendo por mi hijo, hoy no lo tengo y tengo que andar con esta foto de cuando me acompañó acá a Mendoza, a La Rioja y a muchas marchas”. Como una infinidad de hechos en todo el país, a Carola le tocó dar impulso a la investigación para obtener “algo de justicia, no la que esperábamos pero algo tuvimos”. Y agregó que “hoy puedo decirles a mis nietos que por su papá y por ellos hice todo, la gran ayuda provino de Miriam y de la fuerza de las Madres, viéndolas luchar, caminar, patear. Así, Sebastián pasa a ser hijo de todas las madres como mi hijo pasó a ser de todos”.
La política cercana
Como todos los años, también tuvieron la oportunidad de brindar sus impresiones funcionarios y dirigentes políticos, “capaces de poner el cuerpo y los pies en el barro a esta realidad”, como reiteró Miriam. Así, la senadora nacional por el FPV, Anabel Fernández Sagasti, comparó lo sucedido con Sebastián -“él es una bandera para nosotros”-, con la crudeza de los recientes femicidios en Mendoza, por la enorme responsabilidad del Estado provincial en los hechos: “cuando al pibe lo quisieron desaparecer, decían lo que decían para que no supiéramos dónde estaba, lo mismo que dijeron de las pibas hace dos semanas. Acá hay un Estado que vuelve a poner todo el cúmulo de los males de la sociedad en los pibes y las pibas, que hoy vienen a ser culpables de todo, de la violencia, de los robos, de la falta de futuro, de la vagancia, cuando es el Estado el que vuelve a estar ausente y no nos cuida, no cuida a nuestros pibes y nos trata a las mujeres como su propiedad, como la violencia que hay que reprimir y aquello que hay que acallar. Por eso tenemos un gobernador que festeja por twitter la muerte de un pibe y tenemos un presidente que festeja la violencia y la justicia por mano propia. Entonces ¿qué le podemos pedir a nuestros pibes ante la desigualdad que se profundiza en los barrios? Nada, tenemos que hacernos responsables, y desde el lugar que me toca, ampliar hacia los compañeros que ésta es una lucha que tenemos que dar entre todos y que los mensajes que damos generan consecuencias en nuestra sociedad”.
La referente de La Cámpora recordó: “como mendocinos tenemos el triste antecedente de ser los primeros condenados internacionalmente por los crímenes de Garrido y Baigorria, que todavía hoy no aparecen, tenemos a Cristian Guardatti y tenemos a Sebastián. Y es la misma policía que cuando Miriam decía que todavía estaba enquistada por el terrorismo de Estado todos la trataban como loca, lo mismo que decían de las Madres de la Plaza. Hoy, a los pocos días de que declare Hugo Ramón Trentini, tenemos esa bandera como una victoria, pero creo que hasta que el último de los genocidas esté en cana y nos digan dónde están nuestros compañeros, vamos a seguir sufriendo por los pibes, por los que todavía no tienen justicia. Todo está totalmente entrelazado y eso es de lo que hablaba Cristina cuando reclamaba la democratización de la justicia. Porque si la policía sabe que la justicia no condena a los que matan a los pibes, lo van a seguir haciendo, porque hay un Estado que los envalentona a reprimir”.
Andrea Matacotta -directora de Familia, Comunidad y Derechos Humanos de San Rafael- aportó que “después de largos años de recorrido, de encontrarnos y pensarnos en este lugar, en este Nihuil, en este San Rafael, queremos un Estado que sea protector, y la verdad es que estamos ante un Estado incapaz de cuidarnos por definir políticas públicas que lo que hacen es abandonarnos como sujetos. Estamos en un momento de grandes contradicciones, por ejemplo, el espadachín de Cornejo para entrar en la justicia federal -el fiscal Gustavo Fehlmann- tiene una causa por violencia de género. Pero a pesar de los cambios de gobierno estamos movilizándonos y nos seguimos encontrando, tenemos grandes desafíos y tenemos un Sebastián Bordón que en este risco nos moviliza la memoria. Queremos pensar una seguridad que incluya educación y salud, que nuestros pibes puedan pasear, disfrutar, tener actividades de participación, que tengan palabra y que su palabra sea tenida en cuenta, porque los que hoy están definiendo las políticas no están queriendo ver la política de derechos humanos ni la perspectiva de género”.
Sebastián Bordón presente, ahora y siempre
Siempre conmovedora y siempre corazona, Miriam Medina no dejó de agradecer a quienes desde hace años la acompañan a ella y a su familia y a la lucha colectiva, “nunca individual”, según sus palabras. Comenzó por sus compañeras, las Madres en Lucha, y siguió por sus hijas Daniela y Florencia y su hijo Damián -“que siempre han estado a la altura por la memoria de su hermano”-, a sus nietas, a cada una de las compañeras de La Casita de Sebastián, a la Campaña contra la Violencia Institucional -representada provincialmente por Lorena Rubio Diotto-, al Movimiento Evita, “a los que atravesamos estos juicios de lesa humanidad para condenar a los asesinos desaparecedores y torturadores de los compañeros, de mi hijo, de nuestros hijos”. Y amplió acerca del juicio de San Rafael, “porque nos hermanamos para esta condena que necesitamos, por un poquito de alivio a nuestras almas, porque necesitamos esas condenas donde está Trentini, el asesino de Sebastián, que estuvo en manos de un genocida”.
Frente a la pregunta de cómo hacer para seguir luchando, explicó que ella aprendió de las Madres de Plaza de Mayo, “de quienes lucharon antes que nosotros como Rosita Bru, que pusieron el alma y el cuerpo por un país y un mundo mejor”. Y dijo: “a mí me arrebataron a mi hijo, me arrebataron la vida de Sebastián, que tenía sueños, y entre esos sueños estaba el amor hacia su familia, el querer ser periodista deportivo. Entonces evocó y volvió a valorar “a nuestros vecinos del 3 de diciembre, nuestro barrio lo buscó, y la misma gente de El Nihuil nos dijo, ‘busquen abajo porque a la policía cuando se le va la mano tira a los pibes en las cuevas’, y los baqueanos lo encontraron en el fondo del barranco”. Y reconoció a las Madres de Mendoza, “a la Agustina Corvalán y su hija Cecilia Vera, a la María Domínguez”, que la acompañaron con sus pañuelos y orientaron con los abogados, “el Gordo Guevara y después Alfredito, su hijo, Angélica Escayola, Diego Lavado, Carlos Varela”.
Antes de cerrar el acto en el Destacamento y presentar al músico y poeta popular Ricky, que enmarcó el homenaje con su cantar canyengue e irreverente y pletórico de verdades, Miriam anticipó lo que media hora después se viviría durante la segunda etapa de la jornada: “el risco es el lugar donde el viento nos demuestra que la memoria está intacta y vamos a remontar los barriletes que hicieron los chiquitos de la Casita y ver la obra maravillosa que hicieron Las Caracolas, el grupo de mujeres artistas de Mendoza que el año pasado pintaron la Casita y ahora dejaron su arte y el mensaje, que es que la ternura vence al odio. Porque ellos instalaron el odio pero nosotros construimos la ternura desde el amor y la lucha, la lucha del amor y de estar de pie a cada instante, porque nada nos va a vencer, porque estamos convencidas de lo que hacemos y queremos para nuestra patria”.
Texto: Sebastián Moro. Fotografías: Penélope Moro. Para la Campaña contra la Violencia Institucional.
